Primera vez en un campamento de verano. Te resolvemos tus dudas.

Enviado por MiraMami on Lun, 30/05/2022 - 11:51

Descripción

No podemos dudar y debemos estar tranquilos ya que en cada campamento hay detrás una gran organización y equipo humano. Solemos subestimar muchas veces sus capacidades y la mayoría de las veces sobrepasan nuestras expectativas, que suelen ser conservadoras.

Hay que ser optimistas y animarles a que se enfrenten a esas nuevas situaciones y retos para que puedan desarrollarse como personas. Recordemos que notan absolutamente todo y se lo transmitimos.
Debemos entender que es una oportunidad estupenda para aprender deportes, manualidades, idiomas, etc. pero sobre todo lecciones de la “vida misma”.
Aprenderá a convivir con otros iguales, disfrutar de cierta autonomía y asumir también ciertas responsabilidades.
 
Las nuevas normas de convivencia, el nuevo rol que asumirán (ya no es el centro de atención de todos, sino que comparte con otras personas esa atención), el trato con otros niños, etc. son una serie de ventajas que supondrán un incremento en su independencia y sociabilidad.
 
¿Cuándo es mejor ir a un campamento de verano por primera vez?
 
En la sociedad actual solemos tender a un exceso de proteccionismo, pero no debemos caer en ese error.
Normalmente sabemos cuándo los niños están preparados para salir de casa, y resulta más fácil hacerlo de forma escalonada y paulatina.
Para los campamentos urbanos (mejor dicho, colonias urbanas) se puede ir desde temprana edad (4-5 años) puesto que es como ir al colegio, solo que haciendo otro tipo de actividades y deportes.
Para los campamentos en los que se convive 24 horas y se duerme fuera, la edad recomendable es a partir de los 6 años.  En este especial campamentos infantiles 6 y 7 años explicamos su funcionamiento. Puede ser semana o quincena, según la costumbre que tenga de haber estado fuera de casa con amigos, con los abuelos, etc.). Además con esas edades, normalmente, ya han estado 2-3 días con alguna salida del colegio.
 
Como norma genérica, se recomienda que cuanto antes mejor, pues así irá desarrollando antes sus capacidades, autonomía y habilidades relacionales.
 
¿Y si no quiere ir?
 
A algunos niños les cuesta lanzarse pues tienen inseguridad y el hecho de dormir fuera de casa les produce miedo. En estos casos lo mejor es animarles y explicarles que, aunque en un principio puede costar, enseguida se va a encontrar a gusto y va a disfrutar de esta experiencia.
No hay que obligar a los niños sino motivarlos. A veces hay que dar un pequeño empujón y ayudar a dar el primer paso, pero nunca imponerlo.
Recordemos que es una oportunidad de disfrute y crecimiento, y no debe percibirse como una obligación impuesta, como “me empaquetan en tal sitio para que no moleste” o como que «no saben que hacer conmigo”
 
¿Es mejor solo o con amigos? ¿Podrán estar juntos?
 
Para la primera vez sí puede facilitar el ir con un amiguito/a pues ya se tiene un contacto de referencia, aunque como ya dijimos anteriormente, los niños suelen ser sociables por naturaleza y en el mismo autobús de ida ya hay muchos que han hecho “amistades”.
 
Indicándolo, normalmente podrán estar en el mismo grupo y habitación, siempre que sus edades sean parejas.
 
Es habitual también que vayan hermanos/as al mismo campamento y sirve también de refuerzo o apoyo. Lo único que si que debe quedar claro es que cada uno va a funcionar con su grupo de forma independiente. No es raro que el mayor asuma el papel de cuidador del pequeño o que éste ande detrás del mayor.
En cualquiera de los dos casos es contraproducente pues interfiere en el objetivo principal del campamento.
No significa que no puedan verse en los ratos libres un rato, pero se trata de que cada uno viva SU experiencia sin estar pendiente del otro. Ya tienen mucho tiempo en casa para hacerlo y conviene haberlo hablado antes.
 
¿Cómo elegir el mejor campamento de verano?
 
No existe el “mejor campamento” como tal, sino aquellos que más se aproximan a lo que le gusta. Hay campamentos temáticos, de montaña, de playa, granja-escuelas, etc.
 
Habrá que valorar otros factores para intentar acertar al máximo con la elección del campamento que más se ajusta a las motivaciones y necesidades del niño/a (edad, gustos, más tranquilo o más movido, organización, lugar, presupuesto, etc.)
 
¿Se lo pasará bien? ¿Se integrará?
 
Los niños en los campamentos están haciendo multitud de actividades, excursiones, deportes en grupo que muchas veces no son tan fáciles de hacer en casa. Están todo el día en activo y realizando cosas divertidas. Algunas le gustarán más y otras le gustarán menos, incluso alguno no le gustará, pero es difícil que se aburra.
 
Conviene preguntar las actividades y/o hablar con los monitores o personas responsables para que nos aclaren los horarios y seguro que no queda tiempo para el aburrimiento.
 
Algunas veces se puede visitar la instalación en un día de “puertas abiertas” o similar. Conviene acudir con los niños para conocer el lugar, algunos de las personas que estarán en el campamento y ganar en tranquilidad.
 
¿Y si tiene algún problema?
 
¡¡Pues habrá que resolverlo¡¡ De la misma forma que en el Colegio, asociación o a cualquier sitio que se vaya, puede haber algún conflicto o problema.
Los monitores y coordinadores responsables tendrán suficiente experiencia para solventar estas cuestiones.
Si durante el campamento los niños comentan alguna circunstancia conviene ponerla en conocimiento de los responsables.
La mayoría de las veces son pequeñas dificultades con mínima o nula repercusión, pero a veces pueden ser el germen de un conflicto mayor que se puede evitar.
 
¿Nos echará de menos?
 
Por supuesto. Aunque normalmente la experiencia dictamina que son los padres los que peor lo pasan, especialmente si no se tiene costumbre de que los niños vayan a pasar tiempo con amigos, familiares, actividades, etc. y se tienen en casa. Parece que “falta algo”.
 
Todos echamos de menos a nuestros seres queridos, los monitores, los coordinadores, etc. pero eso no quita que tengamos que estar siempre juntos y no podamos hacer cosas diferentes a nuestras parejas, padres o hijos.
 
Según edades, lo normal es que se pueda echar de menos a la hora del tiempo libre o de acostarse.
No es raro llorar o soltar alguna lagrimilla al hablar por teléfono porque es el momento en que se acuerdan. El resto del día están haciendo  todo tipo de actividades en el campamento.
 
¿Son seguras las actividades?¿Hay vigilancia?
 
Siempre puede haber un accidente, incluso sin salir de casa. Ahora bien, las actividades que se realizan deben están supervisadas y vigiladas por un equipo de monitores (especialistas si la actividad lo requiere) y rara vez sucede.
 
¿Qué pasa si tiene alergias alimentarias?
 
Es importante comprobar que se tiene un sistema de manejo de la alimentación que permita la adaptación de los menús a los participantes con este tipo de problema.
 
Se debe controlar tanto el proceso de elaboración (con utensilios diferentes para evitar contaminación cruzada) y también el proceso de reparto de los alimentos para impedir equivocaciones.
 
Es fundamental tener un sistema que evite errores a la hora de repartir la comida (o de recogerla si es autoservicio)
 
¿Se necesita seguro médico o de anulación?
 
Hay que preguntar a la organización. En la mayoría de los casos se suele tener alguna asistencia médica de la Seguridad Social próxima y no se requieren seguros adicionales.
 
Los seguros de anulación permiten recuperar el dinero bajo determinadas circunstancias (hospitalización propia o de un familiar directo, problemas de salud que imposibilitan la realización del campamento, etc.).
Debe hacerse en el momento de formalizar la reserva y hay que tener en cuenta las coberturas y su coste.
En el caso de decidirse a contratarlo hay muchos supuestos que no suelen estar contemplados (suspensos, enfermedad menor que no requiere hospitalización etc.).
 
Justo antes de empezar el campamento
 
¿Qué tiene que llevar?
 
Muy importante implicar al niño/a. Es muy conveniente preparar conjuntamente la maleta/mochila de tal forma que sepa lo que lleva, que cantidades y dónde está colocado. Una buena forma de hacerse responsable de su propia ropa.
Resulta muy recomendable, incluso obligatorio si hubiera algún tipo de lavandería industrial, marcar la ropa.
Hay muchas formas de marcarla pero es tan importante que la reconozca el participante,  o cualquier otra persona del campamento que pudiera encontrarla extraviada. A tal efecto se suele disponer de algún lugar donde dejar los objetos perdidos encontrados.
 
Normalmente, cuando se hace la inscripción o en la información se incluye un apartado del tipo “Equipo necesario” en el que se especifica. No será lo mismo si es un campamento de montaña, de playa, si son zonas de frío por la noche, etc.
 
Está nervioso/a, dice que no quiere ir al campamento antes del primer día.
 
Se acerca el día; La proximidad de la nueva experiencia provoca  que los nervios empiecen a aflorar y puede incluso que empiece a decir que no quiere ir, que no le gusta el campamento, dolores de tripa…
No debemos preocuparnos y dudar de si hemos tomado una buena decisión pues ya hemos visto la cantidad de beneficios y ventajas de un campamento de verano.
Debemos asumirlo como una reacción normal ante lo nuevo y que puede durar un par de días una vez iniciado el campamento, hasta que los niños se adaptan a la situación.
 
No olvidemos que siempre hay una primera vez para todo y los principios no suelen ser tan fáciles. Hay que adaptarse – y de ahí viene el crecimiento personal – (no habría niños en las guarderías ni en los colegios)
 
Tampoco se trata de obligar por decreto, pero si restar importancia a este fenómeno y centrarse en lo bien que se lo van a pasar, de la cantidad de actividades y excursiones que van a realizar, de la cantidad de nuevos amigos que va a conocer, porque siempre recordamos los campamentos – especialmente el primero- con especial ilusión.
 
No suele ser buena idea frases del tipo de “prueba y si no te gusta te vamos a recoger”.
Se estaría transmitiendo un mensaje de duda sobre su capacidad para afrontar esta nueva experiencia y se está dejando una “puerta abierta” que habrá que cumplir ante las más mínimas adversidades (especialmente los primeros días)
 
Empieza el primer día de campamento.
 
No tengo noticias. Mi hijo/a no me llama.
Como se ha dicho desde siempre, la ausencia de noticias es signo de que todo está bien. Tampoco significa que una llamada por parte del monitor o coordinador suponga necesariamente un problema. Puede ser simplemente una consulta sobre una duda sin más.
 
Recordemos que tenemos que guardar la calma. Hemos dejado en buenas manos a los niños y tenemos que confiar en el saber hacer.
 
Hoy en día todas las asociaciones tienen alguna forma de contacto más o menos habitual con los familiares, pero no hay que olvidar que los niños/as están haciendo actividades, veladas, etc. y tampoco hace falta hablar todos los días.
 
En cualquier caso, si llevara un tiempo sin saber nada, seguro que puede dar el aviso en la oficina o en los teléfonos que estén habilitados para tal efecto.
 
Sobre todo, lo importante es no pensar que ha pasado algo, pues lo normal es que estén jugando y divirtiéndose tranquilamente mientras que los padres están preocupados.
Durante el campamento se están continuamente realizando excursiones, veladas, actividades etc. y puede que no siempre se esté disponible para los teléfonos.
 
La primera vez en un campamento de verano EN DOS PALABRAS: Confianza y tranquilidad. Si el niño/a no quiere ir o los padres no están tranquilos, es mejor prepararlo para  otro momento ¡Hay tiempo!
 

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